¿El jefe del Gobierno español fue víctima, en 1870, de una conspiración urdida por sus rivales? La comisión Prim, una misión científica del Departamento de Criminología de la Universidad Camilo Jose Cela, en Madrid y formada por una veintena de especialistas, ha analizado las pruebas, examinado el cadáver y hecho la autopsia.
El 6 de Diciembre de 1814 nacía Juan Prim y Prats del que en este 2014 se cumple el bicentenario de su nacimiento. La noche del 27 de diciembre de 1870 y bajo una intensa nevada, el Presidente del Consejo de Ministros, Juan Prim, salía del Congreso. Cada vez más voces clamaban contra él e incluso había recibido amenazas de "matarlo como a un perro, en la calle". A las 19:30, tras una charla con Sagasta y Herreros de Tejada sube a su berlina para volver a casa, rechazando la invitación a cenar con sus compañeros masones en la logia de Madrid. Cuando el carruaje llega a la calle del Turco (hoy Marqués de Cubas), dos coches cruzados le cortan el peso. De las sombras salen varios hombres que disparan sus trabucos sobre el vehículo. Los testigos declararon en la investigación posterior que Prim, aunque herido en el hombro y en el codo, salió vivo de la emboscada y pudo llegar vivo y por su propio pie a su residencia en el Palacio de Buenavista (el edificio junto a Cibeles que hoy alberga el Cuartel General del Ejército). Allí subió a su habitación expirando tres días después a consecuencia de sus heridas.
Tres jueces investigaron este caso durante los ocho años siguientes al magnicidio cerrándolo sin encontrar al culpable. Se barajaron algunos nombres como los de Paúl y Angulo (cuya voz Prim dijo reconocer entre sus atacantes) o el Duque de Montpensier (cuñado de la destronada Isabel II) pero ninguno fue acusado formalmente.
Esta versión oficial sin embargo presentaba algunas casualidades (como que se comunicara la muerte tres días después del atentado, cuando Amadeo de Saboya ya se encontraba en España el 30 de Diciembre) e incongruencias que el periodista especializado en criminología Francisco Pérez Abellán puso en duda. La primera y principal, la escasa posibilidad de seguir vivo a tenor de los disparos que Prim recibió.
"Creemos que le seccionaron una o varias arterias. Las balas de aquellos años hacían estragos, y en un tiempo donde no existían las transfusiones de sangre ni muchos médicos capaces de ligar vías sanguíneas rotas, esas heridas implicaban morir desangrado al instante o a las pocas horas y no en tres días"
Otro de los interrogantes es que apenas se ofreciera ayuda médica a Prim después del ataque.
"Prim ya estaba muerto. Tras el atentado se hace creer al pueblo que está herido, porque se trata de un golpe de Estado y los golpistas necesitan tiempo para hacerse con el poder. Nadie sabía qué podía pasar si se anunciaba su muerte" cree Pérez Abellán.
Con esa hipótesis, la Comisión Prim ha llevado una pionera investigación para esclarecer las últimas horas de vida de Prim. En el 2012 se hizo un estudio en el Museo del Ejército de la berlina en la que fue tiroteado el político y la ropa que llevaba.
Se fijaron la trayectoria de los proyectiles en los agujeros de bala que aún son visibles en las puertas y en los fondos del interior. Luego analizaron el interior del carruaje y hallaron manchas de sangre, apenas perceptibles al ojo humano, en tapicería y paredes. La conclusión es que hubo nueve impactos y que se dispararon entre cinco y siete armas desde el lado derecho y el izquierdo de la berlina.
El examen de los agujeros de bala en la levita y en el levitón que Prim llevaba aquella noche dio un total de diez impactos distribuidos entre hombro y codo izquierdos. Además del estudio balístico se procedió también a analizar el cuerpo embalsamado de Prim, enterrado con ropa de gala.
Los forenses detectaron dos heridas muy graves de varios centímetros de diámetro en el hombro izquierdo y de varias más en la mano derecha que ocasionaron a Prim la fractura de varios huesos y la amputación de un dedo.
Las últimas hipótesis conllevan a pensar que tal vez el político fuera estrangulado. Se han hallado marcas alrededor del cuello que no se deben a la ropa. Debió de ser asfixiado en el Palacio de Buenavista mientras convalecía de sus heridas y dado que en la convalecencia tendría escolta, todo apunta a pensar que o bien sus guardianes estaban implicados o bien que el asesino pudo burlarla fácilmente por pertenecer a las altas esferas.
Texto: Exclusiva de Janire Rámila en la Revista "Muy Interesante" de Diciembre 2012.
Más sobre el tema:
- "Los asesinos del general Prim" de Antonio Pedrol Rius. Civitas Ediciones, Madrid, 1990.
Magnífica entrada. ¿Vais a volver a tratar el tema? Me gustaría saber más sobre este atentado.
ResponderEliminar¡Un cordial saludo!
Gracias Pedrete.
ResponderEliminarPrecisamente anoche se estrenó en TVE1 una miniserie donde se recogía este acontecimiento: http://www.rtve.es/television/prim-asesinato-calle-turco/
Un saludo, majo. :)
Lo he visto y me ha encantao.
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