El Museo del Prado debe su inauguración a Fernando VII y este año que se celebra el bicentenario de apertura de la pinacoteca (1819-2019) se ha querido recuperar, a modo de recreación histórica, cómo era el llamado "gabinete de descanso de Sus Majestades". En una de las salas del museo colgaron, desde 1828 un total de 44 cuadros, muchos de los cuales se han recuperado para escenificar cómo era esa salita hace 200 años. Además y como mayor reclamo (turístico deberíamos decir), la pequeña estancia anexa que hasta hace poco servía de diminuto pasillo intercomunicador de salas, se ha recuperado para el uso que tenía: la de higiene personal del monarca con un retrete cuyas vistas daban al Jardín Botánico. Ha regresado pues, ese inodoro (en préstamo en el Museo del Romanticismo) para ubicarse en el mismo lugar en el que originariamente se encontraba en 1830, creado por Ángel Maeso y cuyo carácter privado se mantuvo hasta 1865.
Se trata además del único mueble de la época que se conserva. Esta reconstrucción, por tanto, tanto del gabinete como del aseo de su majestad, puede considerarse fidedigna. De este modo, la muestra comisariada por Pedro J.Martínez Plaza (conservador del área de pintura del s. XIX) nos invita a reflexionar sobre el origen mismo de la institución vinculada de forma inherente a la corona y cubriendo las pinturas los diferentes muros con ese "horror vacui" tan característica de los museos decimonónicos.
La sala se creó en 1828 para el descanso del monarca Fernando VII y sus familares y estaba decorada con retratos reales. Su carácter restringido lo hizo invisible para el público hasta que hoy en día, gracias al bicentenario, se recupera para ser visto por la sociedad.
La exposición estará abierta hasta el 24 de noviembre del 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios, dudas, aportaciones. ¡Ayúdanos a crecer!