En este film lo que menos importa es el guión (una visita real es la que motiva que nos vuelvan a abrir sus puertas Lord y Lady Grantham) siendo su base sólida el elenco de actores, la ambientación, la puesta en escena y un diseño de vestuario que progresivamente a lo largo de las modas, va variando.
Para los amantes de la serie de Downton Abbey, esta película les va a aportar un final con el que ya se cierran (suponemos que para siempre) las historias de sus protagonistas. No es necesario para entender su sencilla trama haber visto la serie pero sí es conveniente hacerse con un pequeño árbol genealógico para no perder el parentesco de aquellos que forman la familia y la servidumbre.
Bajo nuestro punto de vista, lo fuerte de esta película reside en la actuación (siempre breve) de Maggie Smith como Condesa Viuda y leal servidora de unos valores inamovibles con el paso del tiempo y un servicio que está a la altura del real e incluso por encima.
Sin duda, una joya que llega a la cartelera y que nos devuelve el esplendor de tiempos pasados donde el deleite de los sentidos (sobre todo a través de la música y la vista) está asegurado.
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