lunes, 27 de enero de 2014

El mueble victoriano

Desde la década de 1970 comienza a revalorizarse el mueble victoriano considerado de mal gusto, de manera que el arte originado durante el reinado de la reina Victoria de Inglaterra es hoy muy estimado para instituciones y coleccionistas.

Los creadores de la época victoriana se destacan por un profundo interés hacia el estudio y la educación en el diseño, y su fascinación por el progreso técnico y la utilización de nuevos materiales, pues al contrario de lo que había sucedido durante los primeros años de la centuria, para los muebles victorianos se prefirió el uso de maderas más oscuras, como las de caoba de profundo color,  palorrosa, nogal o roble, así como la utilización de perfiles curvos y profusas y profundas tallas.  El desarrollo de nuevas técnicas industriales abarató los costes, facilitando las reproducciones de estos estilos históricos y la mecanización nacida gracias a la Revolución Industrial, posibilitó la producción de chapeados, madera curvada y mobiliario de metal (precisamente la Coalbrookdale Iron Company. El papier mâché también fue un material utilizado en el mueble victoriano. En la década de 1820 se empezó a aplicar sobre mobiliario, buscando nuevos modos de decorarlo, con un gran éxito de las incrustaciones de madreperla. Las creaciones resultantes solían ser pequeñas piezas domésticas como las escribanías, portasobres o las bandejas.

 
Estilos: El siglo XIX se inicia con el Neoclasicismo y el primer estilo Regencia se caracteriza por una delicadeza de formas referida a menudo como estilo Sheraton, tras la publicación del Cabinet-maker and Upholsterer's Drawing Book de este autor desde 1791 a 1802. En el mueble, el término Regencia continúa estilísticamente hasta el primer periodo victoriano. Paulativamente, los muebles se vuelven más pesados a la vista y con tallas más elaboradas de hojas de loto y ornamentos griegos. Esta apariencia de mayor pesadez fue promovida por Gerge Bullock, que aunó la influencia de la Antigüedad con el estilo Imperio francés.
 
La pureza clásica que había sido seña de identidad para los creadores del periodo anterior, el Regencia, comienza a perder su influencia en la década de 1820 aunque estas ideas clásicas se utilizarán aproximadamente hasta 1850 coincidiendo con el gusto por lo medieval (gótico e isabelino) y todavía a finales del siglo XIX, Sir Lawrence Alma-Tadema diseñaba una serie de muebles para el salón de música de la mansión neoyorkina de Henry Gurdon Marquand (en 1980, Sotheby's de Londres subastó la mayor parte del mobiliario que componía aquel encargo).


El primer descubrimiento original de la era victoriana fue el estilo naturalista, considerado el más típicamente victoriano y reconocible por el uso de unas curvas opulentas, tallas y tapizados y la inspiración en las formas naturales, aunque acabó volviéndose exagerado.

Los primeros años del gusto victoriano, las décadas de 1830 y 1840, tienen como resultado unos muebles en una confusa variedad de estilos históricos, con el griego, gótico e isabelino entre otros. Dentro de los historicismos, tan en boga en este periodo, sobresalen el neogótico, el neorrococó y el neorenacimiento, con Alfred Stevens como el diseñador de interiores más importante en este estilo, si bien se dieron intentos de decoración en los estilos egipcio, celta, hindú o chino. El estilo isabelino - consolidado hacia 1830 y mantenido hasta 1890 con Anthony Salvin (1799-1881) como uno de los principales diseñadores de casas de campo en este estilo, no fue un revival de aquel estilo del siglo XVI ya que a falta de modelos de aquel tiempo, el llamado isabelino en el siglo XIX se originó a partir de una amalgama entre los estilos Jacobino, Estuardo y Tudor.

El neorococó recuperó las piezas grandiosas y de profunda ornamentación de tiempos de Luis XV entre 1830 y 1890, llegando a convertirse en uno de los más prolíficos del periodo victoriano, con una etapa de esplendor y máxima expresión desarrollada entre 1840 y 1865. La recuperación de la rocalla y las formas ampulosas se ve claramente en los muebles fabricados bajo esta denominación.
 
El estilo más apreciado en la época victoriana fue, sin embargo, el gótico, un estilo cuyo interés se originó en el siglo XVIII y del que entre 1820 y 1870 se contaban un total de 343 edificios, como el edificio del Parlamento de 1836, convertido en el paradigma del arte neogótico. Llegó a su máximo esplendor gracias a August Welby Northmore Pugin (1812-1852). Este revival sin embargo utilizó el gótico con poda fidelidad, dando lugar a muebles de estructura Regencia en los que se colocaban gabletes, pináculos y tracerías sin demasiado conocimiento ni fidelidad. En cualquier caso, su esplendor y máximo desarrollo se establece entre 1860 y 1890.

Paralelamente, entre 1865 y 1890 se desarrolla el denominado movimiento estético, término que califica a aquellas firmas que se consideraban fuera de las manufacturas ordinarias y que tienen su producto estrella en los cabinets y otros muebles de madera ebonizada o de colores oscuros.

En estas mismas fechas se puede encontrar la producción de Edward William Godwin (1833- 1886), que tomó como inspiración el arte japonés. Su pieza más celebrada es un aparador custodiado en el Victoria & Albert museum.

Finalmente hay que añadir que aunque éstas son las recreaciones históricas más importantes, se dieron otras como la recuperación del estilo Ana o el Adam.

Texto íntegro: "Mueble victoriano: elegante y asequible" de Raquel Sigüeza. Revista Subastas Siglo XXI. Enero 2012.

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