La experiencia de vivir un museo sólo se aprecia yendo a él y os animamos a que esteis en relación con aquellos que, por distancia o por temática, más os llamen la atención, pues son lugares que desean compartir con vosotros todas sus colecciones.
No se nos ha olvidado narraros el DIM de este año; sólo nos hemos retrasado y os ofrecemos ahora nuestra breve crónica.
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Damas y caballeros desplegaron todo su arte y mientras unos paseaban o entablaban conversación con algunos espectadores, otros realizaban manualidades como la pintura del natural o el encaje de bolillos.
La mañana transcurrió y nuestro grupo se marchó hacia el Café del Jardín para comer. Es un lugar encantador, un rinconcito al que se accede por el Museo del Romanticismo y que tiene belleza propia.
Después de almorzar al más puro estilo victoriano, con un ambiente como sólo sus encargados saben darle (¡gracias Carolina!), algunos miembros aprovecharon para descubrir el Museo del Romanticismo y pasear por sus decimonónicas salas.
Por la tarde y después de un chaparrón, el grupo se dirigió con indumentaria de gala al Museo Cerralbo para homenajear los tiempos en que Don Enrique de Aguilera y Gamboa, Marqués de Cerralbo había vivido.
La elegancia de las damas y el romanticismo de los caballeros hizo las delicias del público que asistía a contemplar los salones.
Una vez el museo hubo cerrado, los Anacrónicos despidieron el día en el Templo de Debod y en Geographic Club, como viene siendo tradicional.
Los próximos planes de Anacrónicos es seguir realizando encuentros en distintas provincias mientras nos preparamos para la otra gran reunión oficial. Os invitamos a seguir de cerca este blog para conocer todas sus actividades. Las iremos compartiendo con todos vosotros
