Florence Nightingale (Florencia 12 mayo 1820, East Wellow 18 Agosto 1910), conocida por los logros conseguidos en el ámbito de la enfermería, fue una mujer “rebelde”, adelantada a su época y con una gran sensibilidad en cuanto a los problemas de su sociedad.
Como dato curioso, su lugar de nacimiento fue el determinante de su nombre (al igual que fue Nápoles el de su hermana, Parthenope). El convertirse su padre en un hombre rico tras heredar fortuna de un familiar, dio tanto a Florence como a su hermana la posibilidad de disfrutar de una excelente educación combinada con un estilo de vida mucho más que envidiable. Aunque nacida en Italia, se crió en Inglaterra, entre Embley y Derbyshire.
Fue lo suficientemente “testaruda” para que, muy a pesar de sus padres, le dejaran estudiar matemáticas, una gran pasión quizás heredada de su progenitor. Aritmética, geometría y álgebra fueron las lecciones que se encargó de transmitir a numerosos niños antes de su dedicación a la enfermería.
El origen de su interés por el campo del cuidado de los enfermos no está demasiado recogido en diferentes bibliografías. Lo que sí sabemos es que fue una mujer muy preocupada por toda la temática social de su época, y que a pesar de la oposición de sus padres a que dedicara su tiempo a los estudios de la enfermería debido al mal concepto que se tenía de ésta (a mediados del siglo XIX la enfermería no era considerada una profesión adecuada para una mujer educada; a las enfermeras les faltaba entrenamiento y tenían fama de ser mujeres burdas e ignorantes, dadas a la promiscuidad y a las borracheras), consiguió el apoyo necesario para lograr su meta.
Fue en 1850 cuando, aprovechado un viaje a Egipto con amigos de la familia, empezó su aprendizaje como enfermera en el Instituto San Vicente de Paul en Alejandría, labor que continuó durante tres meses en el Instituto para Diaconisas Protestantes en Kaiserswerth, cerca de Dusseldorf. De allí pasó a un hospital en St. Germain, cerca de París, dirigido por las Hermanas de la Caridad. A su regreso a Londres en 1853, tomó el puesto sin paga de Superintendente en el Establecimiento para damas durante enfermedades el número 1 de la calle Harley.
No fue hasta que tuvo lugar la Guerra de Crimea en 1854, y tras las excelentes críticas de las instalaciones médicas británicas en el periódico The Times, cuando Sidney Herbert, Secretario de Guerra británico, le pidió a Nightingale que se convirtiera en enfermera-administradora para supervisar la introducción de enfermeras en los hospitales militares. Su título oficial era Superintendente del Sistema de Enfermeras de los Hospitales Generales Ingleses en Turquía. Nightingale llegó a Escutari, un suburbio asiático de Constantinopla (hoy Estambul), y aunque ser mujer implicaba que tenía que luchar contra las autoridades militares a cada paso, fue reformando el sistema hospitalario.
Soldados tirados sobre el suelo rodeados de alimañas , operaciones nada higiénicas… hacían que enfermedades como el cólera y el tifus cundieran en los hospitales. Esto implicaba que los soldados heridos tuvieran una probabilidad siete veces mayor de morir en el hospital de una enfermedad que de morir en el campo de batalla.
Mientras estuvo en Turquía, recolectó datos y organizó un sistema para llevar un registro; esta información fue usada después como herramienta para mejor los hospitales militares y de la ciudad. Sus conocimientos matemáticos se volvieron evidentes cuando usó los datos que había recolectado para calcular la tasa de mortalidad en el hospital. Estos cálculos demostraron que una mejora en los métodos sanitarios empleados, produciría una disminución en el número de muertes. Para febrero de 1855 la tasa de mortalidad había caído de 60% al 42.7%. Mediante el establecimiento de una fuente de agua potable así como usando su propio dinero para comprar fruta, vegetales y equipamiento hospitalario, para la primavera siguiente la tasa había decrecido otro 2.2%fermeras el 4 de noviembre de 1854.
Al volver a Londres en agosto de 1856, cuatro meses después de la firma del tratado de paz, descubrió que en época de paz, los soldados de entre 20 y 35 años de edad tenían una tasa de mortalidad del doble de la de los civiles. Usando sus estadísticas, ilustró la necesidad de una reforma sanitaria en todos los hospitales militares.
Al impulsar su causa, Nightingale consiguió llamar la atención de la Reina Victoria y el Príncipe Alberto así como la del Primer Ministro, Lord Palmeston. Sus deseos de llevar a cabo investigación formal le fueron concedidos en mayo de 1857 y llevaron al establecimiento de la Comisión Real para la Salud del Ejército.
Nightingale se escondió de la atención pública y empezó a preocuparse por las tropas apostadas en la India. En 1858 se convirtió en la primera mujer electa socia de la Royal Statistical Society por sus contribuciones a las estadísticas del ejército y hospitalarias.
En 1860 abrió la Escuela de Entrenamiento y Hogar Nightingale para Enfermeras en el hospital de St. Thomas en Londres, con 10 estudiantes. Estaba financiada por medio del Fondo Nightingale, un fondo de contribuciones públicas establecido en la época en que Nightingale estuvo en Crimea y que contaba con £50 000. La escuela se basaba en dos principios. El primero, que las enfermeras debían adquirir experiencia práctica en hospitales organizados especialmente con ese propósito. El otro era que las enfermeras debían vivir en un hogar adecuado para formar una vida moral y disciplinada.
Con la fundación de esta escuela había logrado transformar la mala fama de la enfermería en el pasado en una carrera responsable y respetable para las mujeres. Nightingale respondió a la petición de la oficina de guerra británica de consejo sobre los cuidados médicos para el ejército en Canadá y también fue consultora del gobierno de los Estados Unidos sobre salud del ejército durante la Guerra Civil estadounidense.
Casi durante el resto de su vida estuvo postrada en cama debido a una enfermedad contraída en Crimea, lo que le impidió continuar con su trabajo como enfermera. No obstante, la enfermedad no la detuvo de hacer campaña para mejorar los estándares de salud; publicó 200 libros, reportajes y panfletos. Una de esas publicaciones fue un libro titulado "Notas sobre enfermería" (1860). Este fue el primer libro para uso específico en la enseñanza de la enfermería y fue traducido a muchos idiomas. Otras obras publicadas de Nightingale son "Notas sobre los hospitales" (1859) y "Notas sobre la enfermería para las clases trabajadoras" (1861).
En 1874 se convirtió en miembro honorífico de la American Statistical Association y en 1883 la Reina Victoria le otorgó la Cruz Roja Real por su labor. También fue la primera mujer en recibir la Orden al Mérito de mano de Eduardo VII en 1907.
Nunca se casó y es popularmente conocida como "La dama de la lámpara", debido a sus paseos nocturnos en los hospitales de campaña, portando este objeto que le servía de guía en la oscuridad.
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