Siguendo la estela de la receta del grog, aquí os dejamos otra que formó parte del almuerzo diario de los marinos durante siglos.
Receta:
Mézclese un kilo de harina con un vaso de agua tibia y otro de aceite o de manteca fundida. Agréguese un puño de masa madre y amásese a conciencia. Tras lograr una masa uniforme háganse bolas del tamaño de medio puño y aplánense. No ha de reposar ni levar. Cuézanse en el horno hasta que la masa tome color amarillo o muy levemente tostado. Déjense enfriar por completo y vuelva a cocerse hasta que tome un color dorado intenso. Caso de estar destinado a grandes travesías puede cocerse una tercera e incluso una cuarta vez cuidando que no tome color marrón.
Éste pan de viaje puede llegar a durar años (sí, años) si se almacena convenientemente. Para comerlo, lo más habitual es mojarlo en agua de mar para ablandarlo y así poder morderlo o cortarlo con el cuchillo reglamentario. Esto añadía además unas muy valiosas sales minerales a la monótona dieta de las tripulaciones, de ahí que no se le añada sal. Además hemos de recordar que, aunque ahora tiene un precio irrisorio, hace 300 años un kilo de sal era casi una pequeña fortuna.
Como no todo el mundo dispone de masa madre, se puede adaptar muy fácilmente cambiando el puño de masa por un cubo de levadura prensada de 25 gramos desleído en el vaso de agua.
Para los que no sean tan osados, aún se realiza una receta parecida que muy posiblemente alguien conocerá ya sin relaccionarla con su origen: http://www.youtube.com/watch?v=p1u-66WszUg
Esperamos que las disfruten.
2 comentarios:
Tengo un libro de recetas (reproducción) de finales del XIX. Vienen recetas de cocina, consejos de horticultura, cosmética y remedios caseros. Además de todo lo necesario para organizar una cocina y el servicio de aquella época. Me suena que incluso vengan precios. Creo que tendríamos que haber nacido en otra época...
¡Un besote y feliz semana!
Existe una editorial, la Casa editorial de José Serra, que reproduce en facsímiles muchas obras de los siglos XVIII y XIX: historia del peinado, el arte del tocador, Manual del Cortejo, Química doméstica... Son libros muy interesantes que ahondan en esos detalles que nos hacen conocer mejor la era decimonónica.
Definitivamente, Pedrete, somos gente de otra época. ^_^
Buena semana, caballero.
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