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martes, 2 de septiembre de 2025

¿Qué se come en la época de la Regencia en una excursión campestre?

Muchos nos hemos preguntado qué se comía en un picnic durante la época de Jane Austen. Aqui os decimos algunos platos.  

Entrantes

Bocados vegetales
Salmagundi (es una mezcla compuesta casi siempre de lechuga, carne, mariscos, verduras, flores, condimentos y especias)

Platos principales:
Lomo de cerdo
Pollo asado
Pasteles de carne
Embutidos

Postres:
Frutas y frutos secos
Syllabub (inventado en el siglo XVII, se elabora a partir de nata cuajada con zumo de frutas, se realza con un alchol ligero como sidra o un dedo de oporto)

Bebidas
Té con nata y azúcar
Zumo de fruta con gas
Vino ligero

* Este menú está extraído de la excursión campestre a Box Hill en la novela "Emma" de Jane Austen.


viernes, 22 de mayo de 2020

Tutorial: Camisa interior femenina 1800


Las camisas interiores son una prenda imprescindible de la indumentaria. Es lo que protege las prendas y los corsets de la transpiración del cuerpo. Hay que considerar que la ropa no se podía lavar constantemente, cosa que sí se podía hacer con la prendas interiores, camisas y pantalones a la turca o pololos.



En esta entrada explicaremos como hacer una camisa intima. Necesitaremos tela blanca lino o mezcla de lino y algodón, si queremos ser estrictos o de algodón 100% si tenéis la piel muy delicada; una cinta métrica, hilo blanco (siendo riguroso debería ser de lino, se puede conseguir por Internet), alfileres, jaboncillo (recomiendo un pedazo de jabón de lavarse las manos, así se irá cuando lavemos la camisa), una regla (cuanto más larga mejor) y una máquina de coser o aguja, dedal y paciencia, para hacerla enteramente a mano.


Requeriremos unas pocas de medidas:
Ancho de espada, de borde a borde con los hombros relajados.
Alto de pecho, es la medida desde el borde del cuello hasta la parte más sobresaliente del pecho.
El contorno de pecho, que se toma poniendo la cinta métrica perpendicular a nosotros por la parte más sobresaliente del pecho.
Largo de la camisa, desde el hombro donde se une con el cuello hasta el largo deseado (recomiendo una altura entre la rodilla y el tobillo)
Contorno de brazo, alrededor del bíceps sacando músculo.

Se puede dibujar directamente sobre la tela, pero hay que tener en cuenta que el patrón es trapezoidal y que no es buena idea empezar los hombros al lado del borde de la tela porque entonces, el bajo de la camisa se saldrá del tejido.


Entonces empezamos:

1/ Dibujamos una linea que mide el ancho de espalda más 10 cm – A


2/ Desde A calculamos donde estará el alto de pecho – B


3/ Medimos la mitad del contorno de pecho más 10 cm, y lo colocamos a la altura del alto de pecho centrándolo con la medida de hombros – C

4/ Calculamos el largo de camisa deseado y marcamos – D

5/ Unimos en una línea recta de final de cada hombro con el final de cada línea C hasta llegar al largo de camisa.

6/ Ahora dibujaremos el escote. Las medidas de éste dependerán del vestido que vayais a llevar, ya que tiene que quedar por dentro. Os recomendamos añadir 3 o 4 cm en el ancho y 2 en el alto, siempre colocando las medidas centradas – F y E

6bis/ Para el escote de la espalda, salvo que en vuestro vestido sea muy bajo, recomendamos que solo lo bajeis 3 o 4 cm. Es preferible que se vea un poco a que os paseis el tiempo luchando con mangas que se deslizan por los hombros.

6bisbis/ Redondead los bordes del escote (como en el dibujo); es mucho más fácil para rematar a la hora de coser.

7/ La manga es un rectángulo de 15 cm de largo por el contorno del brazo más 4 cm. Si quereis, podeis hacer la manga más o menos corta. Esta medida llega, más o menos, a medio brazo.

8/ El cuadradillo va en la zona de la axila y hace que la manga sea cómoda a la hora de tener que moveros con la camisa. Recomiendo que sea de 10*10 cm.



Ahora toca cortar las piezas. Hay que cortarla a 2 cm de distancia de las rayas que hemos hecho, de tal manera que tengamos margen de costura.

Una vez estén todas cortadas, unimos mediante costura el cuadradillo a su manga correspondiente por el lado de 15 cm (observad como está hecho en el dibujo).

Cuando hayamos terminado, cosemos los hombros y a estos las mangas haciendo coincidir el centro de las mangas (sin contar el cuadradillo) con la costura de los hombros.

Doblamos la camisa por los hombros y cosemos la parte baja de la manga, la otra mitad del cuadradillo y el lateral de la camisa.

Hacemos los puños y el bajo con puntadas invisibles a mano o con un pespunte a máquina; para el escote lo ideal sería hacer un dobladillo diminuto (como de 0,5 cm) y coserlo a mano con puntadas invisibles, pero se puede terminar colocando un bies de algodón blanco por la parte de atrás para que no se vea.

La costuras interiores, bien podéis rematarlas con unas tijeras de puntas, con una remalladora o una costura de festón a lo largo de los bordes de la tela. 

Nota: La foto de la camisa original pertenece a la colección del MET de Nueva York.  

domingo, 2 de julio de 2017

Evolución en la moda femenina en el siglo XIX

En otra entrada a este blog, os hablábamos de la evolución de la moda masculina en el siglo XIX y hace tiempo que deseábamos hablar de una época en la que la indumentaria y su evolución estuvo dedicada y enfocada al mundo femenino.

Nuestro post no pretende ser un estudio profundo de periodos estilísticos, sino un breve compendio. Hay en la red muy buenas páginas relacionadas con la moda ( tanto histórica como específicamente victoriana) como la de Pablo Pena que reseñamos como una de las mejores. Nuestro interés al escribir esta entrada es la de exponer de manera clara unas características destacadas para que se pueda identificar cada periodo de moda femenina en el siglo XIX y circunscribirla a unas décadas o años concretos.


De esta manera, el vestido con el que inauguramos el siglo decimonónico es aquel que proviene de Francia y pone de moda Josefina Bonaparte, esposa de Napoleón, hacia 1800. Toda Europa mira hacia esta corte imperial tan fastuosa como lujosa y aunque muchos países están en guerra contra el militar, sus mujeres no pueden sino suspirar por imitar unos modelos que la primera dama luce con orgullo y elegancia. Es por ello por lo que este vestido se conoce como "Traje Imperio" o "Vestido Regencia" ("Empire gown"). El diseño de día consiste en telas muy finas, gasas y muselinas de colores muy claros. El talle se corta bajo el pecho con escotes algo pronunciados (en el modelo de noche serán más acusados y sobre todo en Francia. En el resto de países, los escotes serán más subidos y siempre bajo el uso del corsé). Bajo el pecho se puede llevar una cinta o algún adorno de color. Este traje, sin marcar las curvas de la silueta femenina, es de talle hasta los tobillos y mangas o bien de farol o bien estrechas y largas.



Es la época en Inglaterra de Jane Austen en el que se desarrollan todas sus novelas. El traje de noche, igual en forma, utiliza más encaje y pasamanería, brocados, chales provenientes de la India estampados de vivos colores y telas más lujosas como el terciopelo.















A este vestido tan delicado se le unen otros complementos: la pelisse (un abrigo hasta el suelo y cerrado por delante), el manguito para proteger las manos, la spencer (una chaqueta cortada a la altura del pecho, generalmente con doble botonadura) y los bonetes, que es el sombrero más usado en esta época y se ataba mediante cinta, bajo la barbilla. Según fuera de paseo, de campo o ciudad, se adornaba más o menos con lazos, flores y plumas. 



 Hacia 1820 aproximadamente los trajes se van abullonando y se comienzan a recargar. El talle se complica, baja la cintura y la falda se llena de volantes y enaguas bajo ellas. Las telas se vuelven más sobrias, aunque muchas de ellas irán estampadas y existe más variedad en los colores. En los años 30 y 40 las mangas se hacen más grandes llegando a llamarse "mangas de jamón" y requiriendo unos armazones que las sujetaran y guardaran la forma. Los peinados se complican acorde con los trajes y surgen los de "jirafa" que son elevados y también necesitaban de alambres para que se mantuviesen altos. 

En Reino Unido comienza a reinar la Reina Victoria en estos años y a este estilo comienza ya a llamarse "Victorian dress" aunque en Europa se le conoce como "estilo romántico" porque es cuando el movimiento Romántico alcanza su plenitud y en España tomará el nombre como "estilo Reina Cristina" (por la esposa de Fernando VII, Mª Cristina de Borbón y Dos Sicilias y Regente hasta la mayoría de edad de Isabel II). Bajo estos vestidos estampados, motivados en gran parte por la revolución industrial que crea nuevos colores y motivos, se esconden multitud de enaguas para abullonar las faldas y un corsé que comienza ya a dejar ver la silueta del reloj de arena. Las telas

No obstante, hacia 1850 los vestidos pesan tanto y están tan ajustados a la cintura creando la figura del reloj de arena (momento de plenitud) que se decide rebajar el número de enaguas y conseguir el mismo volumen que se conseguía gracias a éstas con un armazón que abullona exageradamente la falda. Estamos hablando de la crinolina (llamada así porque las varillas se hacían con crines de caballo) o el miriñaque

Este armazón, que se podía comprar en tiendas ya especializadas gracias al emergente comercio de la moda (surgen las primeras tiendas en Reino Unido y Francia con diseñadores de renombre. En París por ejemplo, Worth trabaja para la emperatriz Mª Eugenia y marca con su nombre toda la ropa que le confecciona) se colocaba sobre unos pololos, una enagua y un corsé apretadísimo que ya comenzaba a provocar desarreglos anatómicos y alguna muerte por corsé. Sobre la crinolina solía colocarse otra enagua y por último, el vestido ajustado marcando perfectamente la cintura El vuelo de la falda es tan grande y la sociedad victoriana tan decorosa que el largo baja hasta el suelo, impidiendo que se vea más allá de la punta del zapato de las damas y considerando obsceno que un caballero pudiese contemplar el tobillo de una señora. 

Por antonomasia, al estilo de crinolina o miriñaque es al que, por extensión, se conoce como "moda victoriana" aunque también se le puede llamar "vestido de la Guerra Civil Americana" (recuérdese "Lo que el viento se llevó"). 

El traje de día suele ser más sobrio mientras que el de noche se llena de volantes, encajes y sobrefaldas. Los escotes más de moda son los de barco aunque también son estilosos en pico o los redondeados. Los colores para las jóvenes suelen ser cremosos o cálidos, para las casadas más oscuros, pues en bailes y teatros, era a las doncellas a quienes debía verse más para atraer a posibles partidos. 

Paulativamente, alrededor de 1865-68 la cola de las crinolinas comienza a ser más abultada y surge la crinolina elíptica que comienza a sustituir a la redonda. En dos años, ya para la década de 1870, a la par que modistas, sastres y casas de moda se adaptan a los nuevos cambios cada vez más ligeros en la moda femenina, surge el polisón

Se trata de otro armazón cuya vigencia acabará hacia 1890 y en cuyos 20 años de imperio, logrará pasar por cuatro estilos diferentes (primer polisón, Natural Form o "estilo princesa", segundo polisón y Hourglass), cada uno con unas características bien diferenciadas.  


 Este nuevo estilo permitía la silueta de un reloj de arena pero con la falda no tan abullonada, permitiendo "forrar" a la mujer en una segunda piel. Los cuerpos se ajustan cada vez más y las faldas se estrechan, marcando busto y caderas. Surgen nuevos colores como el morado, tan de moda en estos años. Con el polisón surge también el traje de una sola pieza, totalmente abotonado por delante. Los peinados se llenan de postizos, trenzas y roscas imposibles que cubren con sombreros de múltiples formas con todo tipo de abalorios sobre ellos. Se abaratan los costes de la indumentaria, surgen los trajes industriales, realizados a máquina y de manera serial (para poderse comercializar), lo que ya no lo convierte en un producto de lujo y exclusivo. La etiqueta exige además que las damas mantengan un traje de mañana para estar por casa, un traje de visita, otro de paseo, el de montar a caballo, el de tarde, el de baile y el de noche (para cena y teatro). 

Los materiales utilizados son bordados, satenes, terciopelos y sedas para los trajes más elegantes y lana y algodón para los de diario. 

Cansados ya de una moda que impedía libertad de movimientos y unido a los alzamientos de sufragismo e independencia de la mujer, la moda femenina exige que el cuerpo se emancipe del armazón y vuelva a llevar sólo una enagua bajo la falda. Es lo que sucede a partir de 1890


El deseo de poder realizar algunos deportes al aire libre como montar en bicicleta o jugar al tenis provoca que algunas comiencen a utilizar pantalones o bloomers (creados por Amelia Bloomer en la década de 1860) para escándalo aún de una sociedad puritana. Las faldas se hacen sencillas, sin apenas adorno las del día y con un cuerpo de mangas abullonadas y cuello muy cerrado. La cabeza se cubre con un moño sencillo y un sombrero de ala corta y plana o canotier. Hacia 1890 surge el traje sastre, compuesto de tres piezas (falda recta que ya permite ver los botines, camisa y chaqueta) que ya antecede la moda eduardiana que será la que cruce al siglo XX y la que da lugar a la Belle Epoque de 1900. 

No debemos olvidar que junto a esta evolución de la moda, existen complementos que acompañan a la dama a lo largo de todo este siglo: el abanico (llamado "imperceptible" en época Imperio debido a su tamaño), el bolso (llamado "ridículo" en época Imperio también debido a su tamaño) y la sombrilla. Por último, nos gustaría recordar que la moda infantil sigue los mismos patrones que la adulta pero en miniatura, de manera que las niñas visten a lo largo del siglo XIX como sus madres pero de una manera más sencilla. También ellas llevan sus corsés, sus enaguas, pololos, chemisses y naturalmente en la época de la crinolina y polisón, sus armazones correspondientes. El imperio de la moda llega así hasta todas las edades y estratos sociales. 

domingo, 25 de septiembre de 2016

Evolución de la moda femenina en el siglo XIX

El siglo XIX es una época compleja en cuanto a moda se refiere, por los continuos cambios que la indumentaria sufre en comparación con los periodos anteriores. A continuación, os mostramos, a nivel genérico y de manera breve, un resumen de la moda femenina a lo largo de este siglo decimonónico.

Comenzamos en los albores de 1800 con un vestido que estaba en boga en Europa. Venía del traje Camisa de finales del siglo XVIII que tanto potenció María Antonieta y que tomó el nombre de vestido Imperio en Francia o vestido regencia en Inglaterra. Se trataba de un diseño sencillo, de colores claros para doncellas y más oscuros para damas casadas y realizados con telas muy ligeras y con caída como sedas, muselinas y algodones. El corte, en vez de llevarlo a la cintura como era lo habitual, se subió hasta cortarse a la altura de debajo del pecho, sin marcar caderas ni cintura y largo hasta los tobillos (hacia 1812 comenzó a acortarse hasta dejar ver los tobillos). En las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Jane Austen o en "Guerra y Paz" podeis contemplar este tipo de trajes.


Las mangas cortas eran de tipo farol y las largas, ajustadas y rectas. Bajo el vestido se usaban ligeras enaguas de algodón y el corsé, que podía ser corto (sólo de pecho) o largo (hasta la cadera). En invierno, las damas utilizaban abrigos de lana fina aunque el modelo más utilizado fue la Spencer , una chaquetita de manga larga y de cintura corta. En otras ocasiones los vestidos se cubrían con chales o mantones.


El cabello (siempre recogido) se cubría con los llamados bonetes, un sombrero ancho que se ata bajo la barbilla.

Hacia 1820 este vestido Imperio comienza a mostrar una serie de cambios que se hacen más vistosos en los años 30: el talle se alarga de nuevo hasta la cintura, el largo del vestido se acorta hasta mostrar los tobillos. mangas de jamón y el traje se hace más recargado. El corsé vuelve a marcar la silueta de la dama y se ponen de moda los peinados jirafa. Es el llamado "vestido romántico" que se exportará desde Inglaterra con el entronamiento de la reina Victoria por toda Europa (en España coincidirá con el reinado regente de María Cristina, madre de Isabel II). Los colores, debido a la revolución industrial, son muy alegres y los escotes generosos.


El amplio vuelo de las faldas se conseguía con varias capas de enaguas. Como cada vez se necesitaban más capas de sayas para ahuecar la falda se inventó una jaula llamada miriñaque o crinolina (porque estaba confeccionada con las crines de los caballos) para soportar el volumen de una falda que hacia 1850 comenzó a hacerse cada vez más voluminosa, dando lugar al llamado traje de crinolina o miriñaque.
 





 
Se caracteriza porque el cuerpo se ciñe extremadamente a la cintura y vuelve a marcar la silueta del reloj de arena. El corsé se aprieta hasta ser una segunda piel mientras que de la cintura nace una falda con un vuelo exageradísimo que no estuvo exento de caricaturas y ridiculeces en prensa. Por lo general, en la década de 1840 y 1850 gustan los volantes mientras que en 1860 se simplifica y los volantes desaparecen.






Es el vestido con el que se identifica actualmente a la dama del siglo XIX y del periodo central de este siglo, coincidiendo con el esplendor del Imperio británico y de la era victoriana. Precisamente, debido a la actitud moralizante de la reina, que se exportó creando una serie de normas reguladoras del comportamiento que debía seguirse, los escotes de los trajes de paseo son elevados, la longitud del vestido tan largo que no deja ver si quiera el zapato y el negro se impuso como el color elegante que toda viuda debía llevar.

Hacia 1865 la crinolina comienza a abultarse en la zona trasera y a crear un abullonamiento que da lugar al estilo polisón. El cuerpo se ciñe cada vez más potenciando el busto, la cadera y haciendo una figura estilizada y muy alargada. Las sedas de diferentes colores (sobre todo el morado, que se puso muy de moda), los terciopelos, satenes y algodones o lanas fueron los materiales más demandados.


Los sombreros eran pequeños, de ala corta pero muy recargados en sus adornos, que incluían plumas.

Hacia 1880 el talle se hizo cada vez más ajustado creando el estilo princesa o Natural Form y en el que las damas apenas podían caminar debido a la estrechez del traje y a sus múltiples costuras que le impedían sentarse y respirar cómodamente.


Hacia 1890 finaliza el imperio del polisón y nace lo que se ha venido denominando "traje sastre" que anticipa el periodo eduardiano inglés (llamado así por el príncipe Eduardo, posteriormente rey a la muerte de su madre Victoria) o Belle Epoque. La mujer comienza a interesarse por los deportes: sale a pasear en bicicleta, juega al tenis, a darse baños de agua en el mar y a pasear con un traje de tres piezas: falda recta con más o menos vuelo pero sobre todo funcional, camisa de cuello alto y chaqueta. 


Cada vez más damas usan (ante el escándalo de una sociedad aún conservadora) los bloomers o pantalones bombachos.


No hay que olvidar la moda infantil, en la que los niños visten como los padres, siguiendo las mismas modas que los adultos en todas las épocas y tampoco podemos despedirnos sin hablar de que, junto a esta indumentaria, es requisito imprescindible hablar de los complementos más utilizados por las mujeres del siglo XIX. Ésos eran los bolsos pequeños (en el periodo Regencia llamados "ridículos" por su tamaño), las sombrillas para mantener un cutis lo más blanco posible y así distinguirse de las clases trabajadoras que estaban curtidas al sol y morenas, las joyas, abanicos, sombreros sujetos a menudo por agujas de pelo...
 
Para ampliar este breve resumen por la historia de la indumentaria femenina del siglo XIX os recomendamos las publicaciones del Museo del Traje, las del Museo del Romanticismo, así como algunas monografías como las de Pablo Pena, gran estudioso del tema.

sábado, 19 de julio de 2014

Presentación de Editorial D'Epoca en Gijón

 
Hace año y medio os hablábamos de esta pequeña editorial que habíamos descubierto para gran satisfacción nuestra y de muchos amantes, no sólo del siglo XIX y de la literatura, sino también para aquellos que buscan títulos difíciles de encontrar en castellano o historias descatalogadas. Tras algunos títulos publicados, el sábado 26 de julio, a las 19h en la Casa del Libro de Gijón (Asturias) va a tener lugar su presentación oficial (si la editorial fuese una joven doncella decimonónica hablaríamos de su "presentación en sociedad").
 
 
El evento tendrá lugar en colaboración con dos blogs literaarios,  Crónicas en Ferrocarril y Qué leería Jane Austen. La diversión está asegurada y podréis disfrutar de toda una aventura de época inolvidable.
 
 

lunes, 27 de enero de 2014

El mueble victoriano

Desde la década de 1970 comienza a revalorizarse el mueble victoriano considerado de mal gusto, de manera que el arte originado durante el reinado de la reina Victoria de Inglaterra es hoy muy estimado para instituciones y coleccionistas.

Los creadores de la época victoriana se destacan por un profundo interés hacia el estudio y la educación en el diseño, y su fascinación por el progreso técnico y la utilización de nuevos materiales, pues al contrario de lo que había sucedido durante los primeros años de la centuria, para los muebles victorianos se prefirió el uso de maderas más oscuras, como las de caoba de profundo color,  palorrosa, nogal o roble, así como la utilización de perfiles curvos y profusas y profundas tallas.  El desarrollo de nuevas técnicas industriales abarató los costes, facilitando las reproducciones de estos estilos históricos y la mecanización nacida gracias a la Revolución Industrial, posibilitó la producción de chapeados, madera curvada y mobiliario de metal (precisamente la Coalbrookdale Iron Company. El papier mâché también fue un material utilizado en el mueble victoriano. En la década de 1820 se empezó a aplicar sobre mobiliario, buscando nuevos modos de decorarlo, con un gran éxito de las incrustaciones de madreperla. Las creaciones resultantes solían ser pequeñas piezas domésticas como las escribanías, portasobres o las bandejas.

 
Estilos: El siglo XIX se inicia con el Neoclasicismo y el primer estilo Regencia se caracteriza por una delicadeza de formas referida a menudo como estilo Sheraton, tras la publicación del Cabinet-maker and Upholsterer's Drawing Book de este autor desde 1791 a 1802. En el mueble, el término Regencia continúa estilísticamente hasta el primer periodo victoriano. Paulativamente, los muebles se vuelven más pesados a la vista y con tallas más elaboradas de hojas de loto y ornamentos griegos. Esta apariencia de mayor pesadez fue promovida por Gerge Bullock, que aunó la influencia de la Antigüedad con el estilo Imperio francés.
 
La pureza clásica que había sido seña de identidad para los creadores del periodo anterior, el Regencia, comienza a perder su influencia en la década de 1820 aunque estas ideas clásicas se utilizarán aproximadamente hasta 1850 coincidiendo con el gusto por lo medieval (gótico e isabelino) y todavía a finales del siglo XIX, Sir Lawrence Alma-Tadema diseñaba una serie de muebles para el salón de música de la mansión neoyorkina de Henry Gurdon Marquand (en 1980, Sotheby's de Londres subastó la mayor parte del mobiliario que componía aquel encargo).


El primer descubrimiento original de la era victoriana fue el estilo naturalista, considerado el más típicamente victoriano y reconocible por el uso de unas curvas opulentas, tallas y tapizados y la inspiración en las formas naturales, aunque acabó volviéndose exagerado.

Los primeros años del gusto victoriano, las décadas de 1830 y 1840, tienen como resultado unos muebles en una confusa variedad de estilos históricos, con el griego, gótico e isabelino entre otros. Dentro de los historicismos, tan en boga en este periodo, sobresalen el neogótico, el neorrococó y el neorenacimiento, con Alfred Stevens como el diseñador de interiores más importante en este estilo, si bien se dieron intentos de decoración en los estilos egipcio, celta, hindú o chino. El estilo isabelino - consolidado hacia 1830 y mantenido hasta 1890 con Anthony Salvin (1799-1881) como uno de los principales diseñadores de casas de campo en este estilo, no fue un revival de aquel estilo del siglo XVI ya que a falta de modelos de aquel tiempo, el llamado isabelino en el siglo XIX se originó a partir de una amalgama entre los estilos Jacobino, Estuardo y Tudor.

El neorococó recuperó las piezas grandiosas y de profunda ornamentación de tiempos de Luis XV entre 1830 y 1890, llegando a convertirse en uno de los más prolíficos del periodo victoriano, con una etapa de esplendor y máxima expresión desarrollada entre 1840 y 1865. La recuperación de la rocalla y las formas ampulosas se ve claramente en los muebles fabricados bajo esta denominación.
 
El estilo más apreciado en la época victoriana fue, sin embargo, el gótico, un estilo cuyo interés se originó en el siglo XVIII y del que entre 1820 y 1870 se contaban un total de 343 edificios, como el edificio del Parlamento de 1836, convertido en el paradigma del arte neogótico. Llegó a su máximo esplendor gracias a August Welby Northmore Pugin (1812-1852). Este revival sin embargo utilizó el gótico con poda fidelidad, dando lugar a muebles de estructura Regencia en los que se colocaban gabletes, pináculos y tracerías sin demasiado conocimiento ni fidelidad. En cualquier caso, su esplendor y máximo desarrollo se establece entre 1860 y 1890.

Paralelamente, entre 1865 y 1890 se desarrolla el denominado movimiento estético, término que califica a aquellas firmas que se consideraban fuera de las manufacturas ordinarias y que tienen su producto estrella en los cabinets y otros muebles de madera ebonizada o de colores oscuros.

En estas mismas fechas se puede encontrar la producción de Edward William Godwin (1833- 1886), que tomó como inspiración el arte japonés. Su pieza más celebrada es un aparador custodiado en el Victoria & Albert museum.

Finalmente hay que añadir que aunque éstas son las recreaciones históricas más importantes, se dieron otras como la recuperación del estilo Ana o el Adam.

Texto íntegro: "Mueble victoriano: elegante y asequible" de Raquel Sigüeza. Revista Subastas Siglo XXI. Enero 2012.

lunes, 16 de abril de 2012

Crónica de la 5ª Reunión ¡Viva La Pepa!

El fin de semana del 16 al 19 de Marzo el grupo recreacionista Anacrónicos realizó un encuentro dedicado al Bicentenario de la Constitución de 1812.

Nos reunimos un amplio grupo de componentes del foro desde el viernes 16 en el albergue que teniamos reservado justo a una manzana del Oratorio de San Felipe Neri, templo donde se promulgó la Carta magna.

Esa misma tarde fuimos a visitar una exposición sobre la moda de 1812, como aperitivo a las actividades que ibamos a realizar durante el fin de semana, acabando la noche dando un paseo por algunas de las plazas emblemáticas de la ciudad.

Al día siguiente, muy tempranito nos reunimos en el albergue ataviados con nuestras basquiñas y mantillas, nuestros abanicos y rosarios, como reencarnadas en las damas que sufrieron el asedio francés en esos gloriosos días del 12; nos encaminamos al oratorio para homenajear a los diputados doceañistas, no sin antes visitar algunas de las casas típicas de Cádiz, con sus patios interiores tan llenos de encanto.
De allí nos dirigimos por el famoso barrio de la Viña, cuna del Carnaval, hacia la Caleta, donde admiramos el Balneario de la Palma y visitamos el Castillo de Santa Catalina, con su capilla tan íntima, sus troneras... envueltos en una densa niebla que daba un halo de misterio al monumento.
Seguidamente seguimos nuestra ruta hacia el Parque Genovés, tan lleno de rincones bonitos para pasear y contemplar el mar.
Saliendo del Parque seguimos nuestro paseo bordeando las murallas por la Alameda, donde contemplamos la Iglesia del Carmen, lugar donde se celebró el Tedeum de agradecimiento por la constitución, y respirando mar disfrutamos de los maravillosos rincones de la Alameda Apodaca, con sus azulejos azules, sus garitas de vigilancia, sus buganvillas y porches...

 Como habíamos estado toda la mañana andando, nos fuimos a almorzar a un bar típico, para probar la carne al toro, ternera de retinto, pescaíto frito y ortiguillas, ya que la gastronomía también es un elemento cultural básico para integrarse en el espíritu del doce.
Ya por la tarde, Lady Miranda coordinó un taller de danzas del 1800 en la azotea del albergue, donde todos participamos, que nos hizo pasar un rato estupendo.

Y después a prepararse para la gran noche: para la cena y baile en la casa palacio Veedor, donde el Duque de Wellington se alojó durante su estancia en Cádiz. La llegada a la casa palacio fue increible, realmente parecíamos transportados a 200 años atras. Cuando el maitre indicó que los salones principales estaban preparados, seguimos a la planta superior donde alrededor de la balconada conversábamos e íbamos sacando nuestros carnets de baile, mientras escuchábamos sonatas, piezas de Bocherini y música de la época, hasta que entramos en los salones de la cena.

Terminada ésta, nos dispusimos a celebrar el baile en el salón donde realizamos la recepción. Simplemente, un sueño, gracias a todos.
 Ya alrededor de las 2 de la mañana, salimos del palacio y nos fuimos a descansar, para digerir lo vivido y reponerse para lo que nos quedaba de domingo, que era el día grande en Cádiz.
Muchísima gente por todas partes, animaciones, museos abiertos... y nos dirigimos hacia la Plaza Mina para visitar dos personajes imprescindibles de Cádiz, nuestros sarcófagos fenicios, embajadores de Cádiz en la historia, y la Carta Magna, auténtico motivo del encuentro de Anacrónicos.

Posteriormente fuimos al monumento a las Cortes y subimos por las murallitas de San Carlos para volver a disfrutar del mar, sentarnos en los pies del monumento del Marqués de Comillas y tomar un tentempie.

Por la tarde, seguimos paseando para acabar el lunes visitando el Galeón "La Pepa" en el muelle.

No quiero terminar esta crónica sin agradecer a todos la participación en el encuentro. Es un verdadero privilegio compartir estos momentos con ustedes y que dentro de la diversidad seamos capaces de hacer cosas comunes grandes, como ha sido este encuentro.

Ése es el verdadero espíritu del 12 y Anacrónicos lo ha hecho realidad en el siglo XXI.


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jueves, 24 de noviembre de 2011

Halloween 2011. Orgullo, Prejuicio y Zombies

Para la noche de Halloween, de todos los Santos o de Difuntos como se conoce en España, algunos de nuestros miembros anacrónicos adornaron sus casas con calabazas y velas (como Sir William y Leonor del Lago) o sencillamente se vistieron para aterrorizar a los que se les cruzaran por el camino.

Este fue el caso de Raisah, Ariadne, Alejandra, Irinha, Lady Eliwen, Águeda y Jesús, que atrayéndoles la idea de resucitar los personajes de Jane Austen, se vistieron de hermanas Bennet y Mr. Bingley para hacernos temblar a todos con su peculiar versión de "Orgullo, Prejuicio y zombies".

¡Sentid pánico con las fotos que nos dejaron!



miércoles, 27 de julio de 2011

Guadalajara 1800. Bandidos y Fantasmas.

Puesto que este año es el bicentenario de "Sentido y Sensibilidad" de Jane Austen y el que viene el de la Constitución de 1812, Anacrónicos tenía que rendir homenaje a las damas que vistieron de regencia. ¿Y qué mejor que marcharnos al Monasterio de Bonaval, donde las ruinas, la hiedra y los arcos góticos daban una atmósfera totalmente romántica?


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El edificio se construyó en el S.XII por orden de Alfonso VIII de Castilla y sobrevivió durante siglos hasta la desamortización de Mendizábal. Luego se dejó abandonado hasta la fecha, en que la naturaleza ha hecho de este edificio, un lugar más hermoso y recóndito.

Después de almorzar junto al monasterio, nos marchamos a una iglesia abandonada a rodar un cortometraje sobre bandidos y bandoleros. Tras lo cual regresamos a Guadalajara donde nos esperaban unos edificios absolutamente de época, el convento de la Piedad, donde se representa Don Juan Tenorio todos los años, y el Palacio del Infantado.

viernes, 18 de marzo de 2011

Homenaje visual: 200 años de "Sentido y Sensibilidad"

Se trata de una propuesta que nos llegó a través de Twitter gracias al foro Salón de Té de Jane, un foro sobre la obra de Jane Austen y posteriores adaptaciones.

El homenaje consiste en hacer una foto a vuestro ejemplar en papel o DVD, de Sentido y Sensibilidad en el lugar que más os guste, saliendo o no en la foto.

Sacado del foro:

La idea surge por missChile007, de Twitter. Me envió una simpática foto de O&P en una preciosa playa de Chile, hace unas semanas.
Entonces, me acordé de lo que salía en la peli Up in the Air y me dije, ¿por qué no fotografiamos nuestro ejemplar de S&S en una parte bonita de nuestra tierra/ciudad/pueblo? Creo que sería divertido. Luego vamos subiendo al foro o por twitter y finalmente hacemos un album homenaje a S&S. ¿Qué os parece? Ya me decís. En estos momentos, en los que el mundo es tan global y tantas cosas 'malas' nos hacen preguntarnos y dudar de la humanidad o los problemas como los del terremoto de Japón, creo que es un buen momento, para hacer un proyecto de amor y positivo y homenajear también a Jane, ¿os unís?
Sense and Sensibility, título original en inglés, también conocida como Sentido y sensibilidad, Sensatez y sentimientos, Juicio y sentimiento o Juicio y sensibilidad, fue publicada en 1811. Fue la primera de las novelas de Austen en ser publicadas, bajo el seudónimo de "A Lady" (una dama).

Una ilustración del s. XIX con Willoughby cortando un rizo de Marianne.

En el foro de Anacrónicos ya han comenzado a subir fotos, ¿os animáis? Dejad el enlace a vuestra imagen en los comentarios y las publicaremos :)

Por ahora aquí os dejamos las nuestras:




Y las de Salón de Té de Jane: Sense & Sensibility Homage

Amazonas y jinetes Anacrónicos

El último evento celebrado por el foro fue una excursión a Buitrago de Lozoya, con paseo a caballo, un pequeño picnic improvisado y un paseo por el castillo, la muralla y la iglesia del pueblo.

En principio el dresscode era libre dentro del siglo XVIII y XIX, pero la mayoría de las damas optó por la moda regencia.

Gracias al tiempo todo salió a pedir de boca, y ese cielo encapotado se nos hizo de lo más inglés, perfecto para el evento.

Durante el paseo al patio de armas del castillo aprovechamos para grabar un pequeño video, que fue también un poco improvisado, sobretodo por su final :)
Nuestra querida Miss Ellis hizo un trabajo excelente dándole forma a las tomas que hicimos.


Y aquí podéis disfrutar de la galería oficial de fotos, tenemos un reportaje extensísimo gracias al esfuerzo de Charlotte :)

Amazonas y jinetes




Paseo, picnic y duelo